La guerra, la violencia, la maldad, el abuso del poder, la explotación, la corrupción la creamos nosotros a través de nuestros pensamientos. “Anda ya”, atajó mi amigo esta vez bastante cabreado. “¿Me estás diciendo que la guerra de Siria, por ejemplo o los políticos corruptos son culpa mía?” “Imagina que tienes una discusión con tu jefe, tu pareja o tu casero— empecé a explicarle—y mientras regresas a casa recreas esa discusión en tu mente una y otra vez. En tu mente tú insultas a tu jefe, le contestas y agredes verbalmente de forma inteligente, con agravios muy elaborados. En tu mente tú ganas todas las discusiones. Eres el campeón de las discusiones. Lo que de verdad estás haciendo es plantar las semillas de la guerra; porque te recuerdo que la realidad se crea a partir de tus pensamientos, sentimientos y emociones. En ese momento estás eligiendo, con tu libre albedrio, la frecuencia de la guerra. De hecho no hay diferencia entre la frecuencia de la guerra en Siria y tu frecuencia. Tú no eres consciente de ello porque no lo sabes, porque nadie te lo ha enseñado. Nadie te ha enseñado que esos pensamientos le dicen al mundo que tú quieres la guerra, y no sólo que quieres la guerra sino que quieres ganarla, porque la única manera de solucionar algo es atacando. Ese es el mensaje y la frecuencia que estás enviando fuera. Entonces llegas a tu casa y enciendes la tele, ¿y qué vez? ¡Guerra! Te llevas las manos a la cabeza y decretas, ¡qué asco de mundo, esto no tiene arreglo! Y no eres mínimamente consciente que tú te entretienes con la guerra en tu mente, que esos pensamientos tienen una frecuencia que son usados como combustibles por los traficantes de guerras en la sociedad”
Tenemos miles de pensamientos al día de los que no somos conscientes. Esas ideas traen experiencias porque nosotros estamos pensando en ellas.
La razón por la que cientos de personas como yo hemos decido salir del armario espiritual es porque estamos viviendo tiempos decisivos. Y ha llegado el momento de tomar partido y de posicionarnos, porque el mismo principio que acabo de explicar sobre la guerra de Siria, es válido para cualquier situación, incluido la pandemia. Cuando estamos todo el día escuchando las noticias catastrofistas, diseñadas adrede, por el poder en la sombra; y esas noticias lo recreamos una y otra vez, y otra y otra en nuestras mentes, lo que estamos haciendo es echar combustible para crear esa realidad: miedo y desconfianza entre nosotros.
Seguiremos con este tema en otros videos. Antes de terminar es importante mencionar las fuentes de las que bebo. Los libros “Jesús Mi Autobiografía” y “Haciendo el Amor con Dios” también las lecciones de Un Curso de Milagros canalizadas por Tina Spalding y comentadas por Jesús, tienen los links aquí tanto en inglés como en español. Mi recomendación es que bebáis de las fuentes originales. Si yo estuviera en ese lugar, no escucharía al intérprete, iría a la fuente original. Pero si aun así quieres seguirme, será un placer compartir contigo estas enseñanzas.
Yo soy Carlos Lavado. Ñuqa Kany. Y esto es Prisión sin Rejas.