Gnosis aplicada para romper tus condicionamientos y miedos
SAL DE TU PRISIÓN SIN REJAS
Imagina que estás a punto de nacer y ves la Tierra desde fuera, un ridículo punto escondido en la inmensidad del Universo, ese punto será tu casa, todos a quienes amarás se encuentran en ese punto, también, los que odiarás. Todo lo que has decidido ser, tu obra de teatro personal, se escenificará en esa insignificante mota de polvo estelar. Tu género, tu raza, tu nombre, tu apellido, tu profesión, tu estatus social será la gran mentira temporal que se representará en ese pequeño punto azul.
Todo lo que has decidido ser, tu obra de teatro personal, se escenificará en esa insignificante mota de polvo estelar.
Tu género, tu raza, tu nombre, tu apellido, tu profesión, tu estatus social será la gran mentira temporal que se representará en ese pequeño punto azul. También tus amores y tus miedos, tus éxitos y fracasos, tus pasiones y aversiones, tu continencia y tu lujuria se teatralizarán en esa brizna flotante de una esquina del Universo. Todos a quienes amarás y odiarás ya están allí, esperándote. También, a quienes harás daño y los que te harán daño. Todo está ya organizado, tu momento de gloria, además de fracaso. Estás a punto de nacer y sabes que no es azar las experiencias que vas a tener, sabes que tu vibración establece tus experiencias, sabes que tus resentimientos y odios establecen la vibración de la energía de tu vida.
Entonces naces otra vez. En Wuhan, Bérgamo, Madrid, Minneapolis o Lima, da igual. Naces sabiendo intuitivamente que yo soy tú, y que tú eres yo, que ambos somos parte de una unidad, que somos diferentes expresiones de la misma consciencia teniendo diferentes experiencias, que tú tienes diferente perspectiva que la mía pero que somos parte de la misma Mente Divina, nada más, simplemente eso.
Entiendes que para enemistarnos y gobernarnos nos han dividido en religiones, razas y naciones; cuando entiendes eso es cuando tu mundo cambia, porque tú despiertas y cambias.
Estás leyendo este texto—aunque tu cerebro te esté gritando que no es cierto— porque hay una parte de ti que sabe, a nivel intuitivo, que todo lo que digo es verdad y tiene curiosidad al respecto. Una parte de ti sabe que eres más que cuerpo físico. Hay una parte de ti que te dice que ya es suficiente. Una parte de ti ya ha caído de rodillas, rendido y gimiendo que tiene que haber otro camino, que la vida no puede ser esto. Yaces roto entre los barrotes de tu prisión mental sin rejas cansado de estar todo el tiempo enfermo, en los últimos días de tu divorcio, harto de ser pobre o que tu familia te enloquezca con sus intromisiones. Es en este momento, cuando todo lo que da sentido a tu vida se derrumba y estás dispuesto a aprender, que empieza el verdadero viaje llamado vida y comienza el juego. Empiezas a filtrar la vida con ojos nuevos porque, por primera vez, vislumbras los barrotes de tu prisión. Aquí es donde empieza tu despertar. Entonces lo entiendes. Entiendes que para que tu familia se entrometa, tiene que haber un aspecto, dentro de tu mente, que se entromete todo el tiempo. Entiendes que para solucionar tu pobreza, debes encontrar al mendigo que ya habita dentro de ti. Entiendes que tu divorcio no es otra persona abandonándote, tú ya hace mucho tiempo que te has abandonado. Entiendes que tus enfermedades son los rencores o resentimientos que infestan tu mente y que no quieres reconocer. Entiendes que sólo superarás tu asco por los gais cuando dejes de ocultar al gay dentro de ti.